Davee Price estaba disfrutando de una camaña de Paddelboard cuando algo inmenso y muy oscuro apareció debajo de su tabla.
Sin saber muy bien lo que hera decidió acercarse mientras que se amigo Jaimen Hudson lo grababa todo con un Dron.
La sobra era nada mas y nada menos que una pareja de ballenas francas de las que únicamente quedan 7.000 en todo el mundo.
La forma como se mueven estos animales muestran lo pacíficos y tranquilos que son si no se les molesta
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