Basi imita a su cuidadora para saludar a los visitantes a su cumpleaños 35, lo cual la hace la segunda panda más vieja del mundo.
Basi come plantas durante la celebracíón a la que asistieron más de 300 personas de todas partes.
Los visitantes le llevaron regalos a la panda, incluyendo juguetes y pinturas. Los organizadores crearon un pastel de cumpleaños gigantes para ella.
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